En el mundo irreal de mi cabeza, en ese preciso instante en el que la pantalla de mi móvil parpadeaba que ya eran las 22:54, en ese instante después de que nuestras miradas se cruzaran y nuestros ojos se estudiaran detenidamente, en ese instante, te hubieras acercado a mí y me hubieras preguntado que hora era, yo te hubiera respondido con la voz más dulce que pudiera poner, que eran casi las once, me sonreirias, y en ese momento yo comprendería que te daba igual que hora , me sonreirías otra vez al ver que yo había pillado tu indirecta, sin más preámbulos, me sostendrías la mano y caminaríamos hasta la piscina, no harían falta palabras, simplemente nuestros gestos y sobretodo, nosotros. Bromearías un rato, para verme sonreir y yo me reiría timidamente con la mano en la boca y una vez que el silencio se hubiera apoderado del momento tu te acercarías y me besarías.
En el mundo real, en el mundo en el que los soñadores no tienen lugar, tu me hubieras mirado y con la misma, te hubieras marchado.
Y como estamos en el mundo real, eso fue lo que paso
En el mundo real, en el mundo en el que los soñadores no tienen lugar, tu me hubieras mirado y con la misma, te hubieras marchado.
Y como estamos en el mundo real, eso fue lo que paso
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